A medida que la inteligencia artificial se vuelve más accesible para el público general, muchas personas están comenzando a experimentar con herramientas como ChatGPT, DALL·E u otras IA generativas. Sin embargo, existe una confusión común: ¿Es lo mismo crear un prompt que dar instrucciones? Aunque parecen similares, hay una diferencia clave en cómo se estructura y utiliza cada forma de comunicación con una IA.
Un prompt es el mensaje o entrada que le entregamos a la inteligencia artificial para que genere una respuesta. Puede ser una frase simple o una instrucción detallada, dependiendo del resultado que deseemos obtener. Aunque el término puede parecer sinónimo de “instrucción”, su diferencia está en el contexto de uso.
Ejemplo de prompt detallado:
“Diseña una idea para la miniatura de un video de YouTube titulado ‘Cómo aumentar seguidores en instagram en 2025’. Quiero que sea llamativa, con colores contrastantes y que use íconos llamativos. Sugiere texto corto e impactante para la imagen.”
Aquí, el prompt no solo entrega información, sino que estructura el contexto, rol, objetivo y tono esperado. Es una forma sofisticada de interactuar con la IA, pero sigue siendo una interacción puntual y no programática.
Las instrucciones en este contexto van más allá de un prompt bien formulado. Se trata de configuraciones persistentes que se le entregan a un modelo de IA para que adopte un comportamiento, estilo o enfoque específico de manera continua o automatizada. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, al:
- Configurar un GPT personalizado en ChatGPT.
- Programar un flujo en una herramienta de automatización.
- Crear un asistente con instrucciones preestablecidas para responder de cierta forma en todo momento.
Ejemplo de instrucciones persistentes para IA (como en un GPT):
“Actúa como un diseñador gráfico especializado en miniaturas para YouTube. Tus propuestas deben seguir tendencias actuales, usar colores llamativos y centrarse en captar la atención en los primeros segundos. Siempre incluye sugerencias de composición, tipografía y texto impactante en no más de 4 palabras. Adapta el diseño al tipo de canal y público objetivo.
¿Por qué es importante diferenciarlos?
1. Evita frustraciones y mejora los resultados
Muchos usuarios intentan lograr comportamientos complejos de una IA a través de prompts repetitivos o excesivamente detallados. Si bien esto puede funcionar en el corto plazo, no es escalable ni eficiente. Entender que las instrucciones configuran el “cerebro” del modelo y los prompts activan tareas específicas, permite distribuir mejor la carga y obtener resultados más consistentes.
2. Permite automatizar interacciones
Las instrucciones son ideales para definir comportamientos persistentes: cómo debe responder la IA, a qué público se dirige, qué tono utilizar, qué objetivos priorizar. Esta base permite que cada prompt posterior sea más simple, directo y efectivo. En otras palabras, las instrucciones crean el marco y los prompts activan acciones dentro de ese marco.
3. Fomenta una relación profesional con la IA
En entornos laborales, no basta con experimentar. La IA se convierte en una herramienta de apoyo diario, por lo que necesita parámetros claros, consistencia y alineación con los objetivos del equipo o la empresa. Separar bien prompts e instrucciones es como establecer un manual de operaciones para una colaboración fluida.
¿Dónde se escriben los prompts y las instrucciones para la IA?
Los prompts se insertan directamente en el cuadro de conversación de herramientas como ChatGPT, donde escribes tu solicitud específica cada vez que necesitas que la IA realice una tarea puntual, como generar ideas, resolver dudas o crear contenidos visuales o textuales. En cambio, las instrucciones se configuran en los ajustes del modelo o al crear un GPT personalizado, o al crear un proyecto (Disponible en versión GPT Plus); es allí donde defines el comportamiento general de la IA, su estilo de respuesta, tono, público objetivo y otros parámetros que se mantendrán activos en todas las interacciones. Esta distinción permite que el usuario combine ambos elementos: instrucciones para establecer una base coherente y prompts para activar acciones específicas.
FInalmente, podemos decir que distinguir entre prompts e instrucciones no solo mejora la calidad de las interacciones con la inteligencia artificial, sino que también permite establecer flujos de trabajo más profesionales, personalizados y eficientes. Al aprender a combinarlos estratégicamente, puedes transformar una herramienta genérica en un asistente realmente útil, adaptado a tus necesidades y objetivos. Ya sea que estés creando contenidos, diseñando visuales, automatizando tareas o resolviendo problemas técnicos, dominar esta diferencia es el primer paso para sacarle verdadero provecho a la IA.
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